Estudios de Apocalipsis y Profecía

Estudios de apocalipsis y profecía biblica

1. Comentarios biblicos apocalipsis de Matthew Henry

APOCALIPSIS - Comentario biblico por Matthew Henry

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Versículos 1—3. Una pausa entre dos grandes períodos. 4—8. La paz, la felicidad y la seguridad de los santos, significadas por el sellado de los 144.000 que hace un ángel. 9—12. Un cántico de alabanza. 13—17. La bendición y la gloria de los que sufrieron el martirio por Cristo.
Vv. 1—8. Que los cuatro vientos soplen juntos significa en el lenguaje figurado de la Escritura una destrucción general terrible. Pero la destrucción es retardada. Los sellos se usaban para que cada persona marcara sus pertenencias. Esta marca es el testimonio del Espíritu Santo impreso en los corazones de los creyentes. El Señor no tolerará que su pueblo sea afligido antes de ser marcados, para que puedan estar preparados contra todos los conflictos.

Nótese, en los así sellados por el Espíritu, el sello debe estar en la frente, evidentemente para ser visto por amigos y enemigos por igual, pero no por el creyente mismo salvo cuando mira fijamente en el espejo de la palabra de Dios. —El número de los así sellados, puede entenderse como que representa el remanente de personas que Dios reserva. Aunque la Iglesia de Dios no es sino una manada pequeña en comparación con el mundo malo, es, no obstante, una sociedad realmente grande y que crecerá más aun. Aquí está figurada la Iglesia universal bajo el tipo de Israel.
Vv. 9—12. Las primicias de Cristo que abrieron el camino, a los gentiles convertidos más tarde son los que siguen, y atribuyen, con triunfo, su salvación a Dios y al Redentor. —En los actos de adoración religiosa nos acercamos a Dios y debemos ir por Cristo; los pecadores no pueden aproximarse al trono de Dios si no es por un Mediador. Ellos estaban vestidos con los ropajes de la justificación, la santidad y la victoria; y tenían palmas en sus manos, como acostumbraban a presentarse los vencedores en sus triunfos. Tal aparición gloriosa será la que hagan al final los fieles siervos de Dios, cuando hayan peleado la buena batalla de la fe, y terminado su carrera. Con una voz fuerte dieron a Dios y al Cordero la alabanza de la gran salvación. Los que disfrutan de la dicha eterna deben bendecir, y bendecirán al Padre y al Hijo; lo harán en público y con fervor. —Vemos cuál es la obra del cielo, y debemos empezarla ahora, poner nuestros corazones mucho en ella, y anhelar ese mundo donde serán perfeccionadas nuestras alabanzas y nuestra dicha.
Vv. 13—17. Los cristianos fieles merecen nuestra atención y respeto; debemos notar al justo. Los que obtendrán conocimiento no deben avergonzarse al procurar instrucción de quien la pueda dar. El camino al cielo pasa por muchas tribulaciones, pero la tribulación, por grande que sea, no nos separará del amor de Dios. La tribulación hace que el cielo sea más bienvenido y más glorioso. No es la sangre de los mártires, sino la sangre del Cordero la que puede lavar el pecado, esta es la única sangre que emblanquece y limpia las ropas de los santos. —Ellos son felices en su empleo; el cielo es un estado de servicio pero sin sufrimiento; es un estado de reposo aunque no de pereza; es un reposo que alaba y deleita. Ellos han tenido penas y han derramado muchas lágrimas por el pecado y la aflicción, pero el mismo Dios, con su mano de gracia, enjugará todas esas lágrimas. Los trata como padre tierno. Esto debe sostener al cristiano bajo todas sus aflicciones. Como todos los redimidos deben por completo su dicha a la misericordia soberana, así la obra y la adoración de Dios su Salvador es su elemento; su presencia y favor completan la dicha de ellos, ni pueden concebir otro gozo. Que a Él acuda todo su pueblo; que de Él reciban toda la gracia que necesitan; y que a Él ofrezcan toda la alabanza y la gloria.

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